Tortuga Bay nos regalo un increible atardecer, cargado de todos los tonos de azules, violetas y naranjas, de la paleta de un pintor alunado. A mi me dió serenidad y de alguna manera una despedida temprana de estas islas, un mirar al horizonte buscando otros caminos que recorrer. Deje abierta mi pupila, para que entrara lentamente las opuntias, los cortados, el agua que parecia de plata liquida, los mangles encerados y brillantes, las nubes entre tormenta y calma, ... deje mi piel sentir la brisa que refrescaba la tarde y a mis pies libres para que la arena acariciara mis dedos.
Voy preparandome para un nuevo viaje, el destino ....yo misma
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