Ando pelín cansada, no me da la vida. Encerrada en despachos pero feliz, lo que a ratos me resulta incomprensible. Parece que vivir en las Galápagos es un jugo, playa y musica tropical, y luego te encuentras entre reuniones y documentos por leer, leer y leer; y a a pesar de ello ¿o quiza por ello? feliz.
Estos dias han sido para un taller de genero, donde vencer resistencias a un discurso no del todo nuevo pero mi, pero del que, al final he de reconocer que no sabia, o no habia querido reflexionar demasiado. Y he aprendido y me he llenado de ganas porque el hada que lo guiaba ha sido expresiva y dulce, porque se ha metido en un bolsillo con habilidad, los corazones y las posibles resistencias (masculinas estas, predecibles estas). Donde al final no se hablo tanto de mujeres, como preveia la gente, sino de mundos, de desigualdades, de pensamientos acomodados y poco utiles, de necesidades esenciales (lo que te he recordado Pepe, a ti y al Richman, "sonrisas secretas"), de poder, de democracia, al fin.
Y me ha nutrido, me ha dado un par de plumas nuevas para las alas, espero no perderme y recordar que son plumas para usar no solo para tenerlas, y empezar avolar un poco mas.
Quiero hoy un poco demar, de rumor de alas, de huecos para mi, para volver a pensarme, para encontrame, darme un sitio y un tiempo para ser.
El reto es grande y el sueño posible.
miércoles, noviembre 22, 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Las hadas son así... es loq ue tiene mezclarse con ellas ;=)
eso es verdad ¿eres un hada?
Publicar un comentario