
Y ayer nos escapamos al Parque Nacional Cajas, con un día brumoso, carretera arriba hasta el santuario de la virgen. Increíble lugar. Aunque nos faltaba el aire como a enfisémicas de ochenta años, en cada resoplido mirabamos a nuestro alrededor, atónitas entre los amarillos y los verdes del páramo.
No se porque los pajonales me recuerdan la piel de un borrego esquilado, y el Cajas un inmenso organismo, lleno de formas y recovecos. Lomas amarillas que esconden rincones de estética japonesa, esos microcosmos de musgos, de líquenes, de pequeñas plantas que parecen dispuestas por algun maestro fensui. Y

Regresamos con la nariz roja, de viento, del frío, los pies empapados y ese frío de día de campo, que tanto echabamos de menos, entusiasmadas y cansadas como borriquillas.
Nos regresamos a Quito
Hoy ha sido descanso, compras medio compulsivas, parecemos duquesa armadas con visa platino, provincianas que tras tanto tiempo sin poder hacer compras han encontr

Ya mañana volvemos a Quito, y cerramos este viaje, del que nos ha quedado tanto pendiente que no queda otra que planificar el regreso.
Quedo enamorada de los paisajes, de los colores, de los guiños, de los carreteros, de los acentos de este diverso país, que se me esta atascando dentro que me atrapa cada día, ...y no me quiere dejar volver a las tierras hispánicas.
Mil besos, a todos los que habeis seguido nuestros pasos, ... a muchos os beso tambien en directo en unos dias, al resto os beso en breve, espero!!!

No hay comentarios:
Publicar un comentario