viernes, agosto 08, 2008

En mi ventana, la Sierra de Guadarrama

Ya en la casa, con otro paisaje delante, de fresnos que brotan en una fría primavera, con restos de nieve en esta sierra que ahora me parece tan chiquita, despues de los volcanes y la sierra de Ecuador. Madrid exhibe hoy un cielo despejado, muy azul, limpio, ...mas cielos que tierra de los bajitas que son estas montañas. Hay dos abubillas, en las ventanas, cortejándose, repiqueteando su eterno uh, uh, uh, ...candongas, melosas, ...y se respira mi sierra, con algo de verde, con algo de leña y madera.

Estoy extrañada, como una viajera espacial que aun no sabe si tiene pies y corazón en el mismo lugar, o eso de la relatividad y la velocidad de la luz ha dejado desconectadas algunas partes. El vuelo, ese tramite que obliga a acortar las distancias de nuestras geografías, ha resultado corto una vez despejado el corazon con las lágrimas en Guayaquil, cuando fundí los ultimos dólares porta en mandar mensajes que me acercaran al lugar que ha sido mi hogar estos meses.

Aun no he llamado a nadie de mis gentes de aca, mis disculpas, pero tengo un poco atascado el paladar y la garganta con un nudo hermoso, pero un nudo que no me deja soltar una esquina del planeta para mirar desde esta otra esquina. He desbaratado equipaje, dejando la habitacion con un año y medio de historias y de ropa por lavar. He dormitado para quitarme el picor de los ojos, esa sensacion de chuchaqui seco que dejan 10 horas de autobus con alas, ...y voy recuperando lentamente los ritmos del paisaje que ahora esta frente a mi.

Poco a poco, dándome tiempos, ordenando los recuerdos y los proyectos empezaré a tejer una nueva etapa, ando por estas tierras, nos vemos, nos llamamos, comunicamos, os sigo contando, seguir contándome.

Besos irrompibles como el granito de mis montañas

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