miércoles, diciembre 31, 2008

anectotario

Esta mañana pensaba, que hacía mucho que no escribía en el blog, y que quiza, se debía a que no pasaban cosas a mi alrededor lo suficientemente "jugosas" para escribir. Y me he dado cuenta, de que eso es irreal, que todo depende de la mirada con la que observemos las cosas.

Estoy leyendo un libro: "Martes con mi viejo profesor", recomendado por la bibliotecaría de mi pueblo (tengo que preguntarla como se llama, esto de etiquetar a la gente sin nombre de persona sino con rango o profesión me disgusta!!!). Ultimamente me dejo quiar por sus gustos y me esta llevando por nuevos caminos. No lo habría pensado antes, ...mi biliotecaria ya es una historia jugosa en si misma, ...ella y los caminos de palabras y cuentos que me va desvelando. ...Pero me desvío de la historia lateral que me lleva a la historia principal (¿o será al reves? ¿cual de las historias desencadena o es más importante?).

Vuelvo sobre el libro, un libro yanqui, de esos tipo testimonio, ...que cuando me recomendó mi biblio, aunque mantuve un gesto sin alterar, me sobresalto para llevarme a pensar, uyss autoayudas y yanquies, vade retro satanas, ..y cuando siguio con el tema, ya me erizó la piel, un señor mayor con ELA (esa terrorifica enferemedad que nos paraliza hasta matarnos) y su experiencia ante la muerte (aqui creo que ya respingaba por dentro, ...que va, que va, ..yo paso, ...bonita lectura para llorar como una presa sin compuerta!!!). La cosa es que al final, dado que anteriores recomendaciones me encantaron, me lleve el libro, gastado, de esos que ves que han pasado por mil manos, y que huelen a mezcla de sobe, papel y sudor, y decidí darle una oportunidad. Ando leyendolo, pero desde el principio, por su sencillez (algo muy yanquie, que a veces confundo peyorativamente con simpleza) me enganchó. No dice nada nuevo, o quiza si. Es una recopilacion de anecdotas de un hombre, un profesor de corazón, de esos geniales que a veces se nos cruzan en la vida (y no necesariamente en un aula), que enseña desde si, con una naturalidad que hace que sus aprendizajes sean los tuyos, y valora los tuyos como un auténtico milagro. De esa gente que te ayuda a mirar, a aprender a mirar más y mejor.

Y en esas estaba, desde esta mañana, mirando y mirando, ...y es inevitable ...

...cuando miras, ...encuentras.

Hoy hace un dia nublado y frío, desapacible diría mi abuela casi seguro. He bajado de compras rapidas al pueblo, para regalarme un abrigo en el mercadillo de 3 puestos, los que han aguantado siendo hoy 31 y con lo feo del dia. Hemos caminado, mi madre y yo. Ella con sus visiones negativas de la realidad (que cansina me resulta, cuando todo se vira a los grises y a los feos), aturullando mi cabeza. Ella, pensando desde otro lado, imagino, y aguantando con santa paciencia mis mordaces comentarios sobre sus enfoques, y espero, que escuchando un poco, ..porque aunque los lanzo como dagas, solo pretendo romper esa coraza gris para que vea con colores.

Del mercadillo, al estanco, a la farmacia, a la fruteria, ..yo en mi búsqueda infructuosa de cilantro, que quiero hacer mojo verde esta noche, y nada, ..que no lo encuentras.

Ya de regreso, me he acordado de una fruteria que lleva un hombre joven, de mi quinta o similar, marroqui, ...y que se ha ganado la simpatía de todo el clan femenino marujil de Moral, por su atención, su guiños, sus precios y su genero. La verdad es que entras alli, y te sientes mimada yu consentida comprando fruta. Sus movimientos son solo para ti, con esmero, escogiendo cada pieza y haciendo siempre un regalo, una pera de mas, un ramito de perejil no pedido, ..con naturalidad, con una simpatia y un buenahacer, que seduce a estas mujeres especialista en la compra con regateo, que las baja las defensas y salen cargadas de lo suyo y de lo que no pensaban comprar.

Le he pedido cilantro, y no tenía, ...mi gesto ha debido virar a una chispa de desesperanza, mi ultimo cartucho, ..pero al segundo me decía, acercate a la tienda de la calle huertas, indicandome un lugar al que nunca he entrado por la confusion de locutorio, colmado y tetería que tiene. Por eso, y porque me parecia recinto vedado al mundo marroqui y me intimidaba de alguna manera. Una señora, de esas, de postizo rubio enganchado como un nido en la cocorota, ha apuntado:

- Si, mujer, la tiendita que es locutorio, ..esa que es de ... (y en un parentesis, en el que yo vi anunciarse un "de moros" o quiza "de moritos", y donde crei interpretar ese salto cultural inmenso que nos cuesta tanto acortar, ella siguio) ....de un paisano de este señor.

Y respiré divertida, porque aunque quiza no iba a decir lo que yo crei, me gusto soñar que ese acercamiento desde una fruteria y un frutero resalado, es mas util que cien talleres de interculturalidad. Aunque quiza, esta sea una reinterpretacion, de una frase cimentada en mis propios prejuicio, ..quien sabe.

El tema, es que fui a la tiendita, esa a la que nunca he entrado, por recelo, a tanto señor marroqui en la puerta, con jerseys marrones (que mania con ese color, ¿sera cultural?), ese tono de una lengua que me parece que siempre anda medio mosqueados, y el poco espacio que desde fuera parece tener. Y me salte mi barrera, por el cilantro, y me encontre en un colmado añorado de marruecos, de galapagos, ...o quiza en el colmado donde compraba mi abuela y esta en esa memoria genética. Esas tiendas que tienen de todo, apiñado, ordenado en un caos aparente. Un olor a carne muerta, tenaz, a pesar de no ver ni un trozo en un desanjelado mostrador con mortadelas ¿? y aceitunas. El olor de las carnicerias de mis viajes, el olor del supermercado de mi barrio, ...que ahora tapamos en mil cadenas comerciales, con la sensacion de que no compras carne, sino un empaquetado plastico. Y le pregunté, y tenía cilantro, y tambien hierbabuena, ..y mientras buscabamos y negociabamos el tamaño y precio del manojo, revolvía yo entre las estanterias, mas fisgona que otra cosa, ..para desenterrar tesoros que no he podido resistir: aroma de azahar (para dulces, que no se si usare alguna vez), pan marroqui, redondo y esponjoso, dos tipos de aceitunas de aliño distinto al nuestro pero igual de mediterraneo, ...revolviendo proximas compras de harira, de tes, de cúrcuma (solo por la sonoridad deberia ser obligatoria en cada casa). Envolviendo cada revoltijo en una charla agradable de mojo picon y cilantro, de maquinas desenchufadas que aun no han empezado el dia para darme el ticket de mi viaje hacia atrás.

Y he salido con una inmensa sonrisa, impaciente he abierto el azahar para irme de naranjales en invierno pero soñando ya primaveras, y me he sentido llena de buenas ideas, de buena energía, de descubrir que cada esquina tiene una sopresa, una sopresa de las buenas, ..prometiendome mirar, mirar y mirar.