jueves, diciembre 08, 2011

de chuchos, obras y sardinas con lentejuelas


Barcelona sigue divirtiendome y enamorando cada día, y barrio en el que habito (que diría Sabina) deja siempre algún saborcillo cotidiano.

Es el espacio de los chuchos, jamas he visto barrio con tanta proporcion de perros, chiqui-perros de todos los colores, pelajes y siempre por debajo de los 2 kg de peso. Miniaturas que acompañan a grounges, a hippies, a jubiladas, marujas, ...que se adueñan de las aceras y llenan de recuerdos innecesarios las calles. Esta es la única pega, la baja sensibilidad del barrio en el tema de recogida sanitaria, por lo que hay que andar como pisando huevos, para evitar minas anti-personas de pequeño calibre que arruinen la sonriente mañana.

Y un respeto inmenso por el bicherio, que acompañan a sus dueñas en farmacias, playas, supermercados, e incluso restaurantes. Me pasó en el Montseny, que nos dejaron entrar a una sala donde puedes entrar con tu acompañante perruno.

Solo en mi calle hay una tienda de comida de perros y una peluqueria canina, y mil anuncios para que acojas a mil chuchos viejitos, y lo peor, que anda tentandome. Chiquiperros para chiquicasas.

Otra caracteristica de la Barceloneta es su inmenso gusto por las obras, he sorteado en dos meses, al menos 8 calles distintas donde estaban con obras. Hormigoneras que cortan calles, uniformes reflectantes y tipos con señales de stop, ruidos de radiales y martillos pilones. Esto sin contar las averias, hablamos solo de obra civil ;-) Y asi llegas al trabajo, de buena mañana, sorteando camiones, pasando bajo andamios, en fila india con los demas vecinos que van a llevar a los crios al cole, o a la fruteria, o a su currelo. A pesar de ello, y curiosamente, es un barrio porco ruidoso, lo que no deja de llamarme la atención, amanece temprano pero calmado; no hay bulla ni que sea fin de semana, y eso que ando a menos de 200m de la plaza del mercado.

Sigue manteniendo su sabor de barrio, de tienditas pequeñas, de baras (a patadas) donde estas en la calle mas parte del tiempo. Tengo pendiente cazar uno, en la calle del mercado, que abre con su propio horario y que siempre está lleno. Las malas lenguas dicen que es uno de los más autenticos y sus tapas, las mejores de toda Barna. De momento consegui conocer el Bar de Leo, calorro y basico, lleno de fotos flamencas y rumbitas, camaron y toda su estirpe.

...Y la Navidad, que tambien llegó a la Barceloneta, y decoraron las calles hace mas de un mes, y nos tocaron los peces, recordando los tiempos pescadores del barrio. Y yo que odio estas fiestas, me sonrio cada dia, y cada noche cuando mis sardinas de lentejuelas, que han dejado al lado de mi ventana, navegan por las estrechas calles para escaparse un ratito al Mediterraneo, que cae aqui al ladito.